The Act of Killing

"- ¿Y si te llevaran a la Corte Internacional de La Haya?
-¿Ahora?
-Sí.
- Iría. No me siento culpable, y ¿por qué iría? Pues porque sería famoso."

Es difícil explicar qué es exactamente The Act of Killing, pero voy a comenzar contando su premisa.

Entre 1965 y 1966, un grupo paramilitar conocido como Juventud Pancasila se dedicó a exterminar comunistas (o a cualquiera que ellos consideraran comunista) en Indonesia. El estimado más aceptado actualmente supera las 500,000 víctimas. Lo curioso es que el gobierno y las autoridades nunca condenaron los hechos, los responsables son considerados héroes, ocupan cargos oficiales y son invitados a programas de televisión.

El director Joshua Oppenheimer convenció a varios miembros de la Juventud Pancasila para que contaran su historia y recrearan los hechos como quisieran. Los gánsters, como les gusta llamarse a sí mismos, decidieron hacer una película para mostrar su visión sobre los asesinatos. Los protagonistas principales son dos de sus líderes, Anwar Congo y Herman Koto, a quienes seguimos durante el proceso de grabación y otros eventos relacionados con su actividad paramilitar y política. También los vemos compartir con sus hijos, cepillarse los dientes y pasear en un centro comercial. Aunque parezcan momentos triviales, dentro del conjunto tienen un poder enorme.

The Act of Killing es algo especial por numerosas razones, pero el punto central es que no busca hacer una denuncia histórica y coherente sobre la masacre. Intenta servir como medio para exponer la complejidad de la condición humana, el mal en su forma más cruda y brutal, la ambigüedad moral y espiritual del ser humano, nuestra extraña relación con la realidad y la percepción que de ella tenemos. Es un espectáculo de horror surrealista que captura momentos inéditos en la historia del cine. En 159 minutos maneja distintos niveles de sutileza que lentamente van destruyendo nuestros cimientos y las capas protectoras que construimos para vivir el día a día. Al final, Anwar, Herman y Joshua logran arrastrarnos al abismo, a ese vacío de absurdo y desesperanza en el que parece que nada tiene sentido ni remedio.

Nunca había visto algo como The Act of Killing, su gusto es terriblemente amargo, pero es un trabajo esencial para comprender un poco más a ese ser desgarrado que llamamos Hombre. Su eco resuena con la risa y la devastadora verdad que anuncia El Loco.